Cristian y Natasha: Un secreto bien guardado

Hace poco más de un mes, me escribió Cristian con una idea muy divertida y única de cómo quería proponerle matrimonio a su novia Natasha. El objetivo era sorprender a la novia con una propuesta divina pero super secreta para que no lo esperara por completo y que por el contrario, pensara que la actividad era más en celebración al cumple de Cristian (que estaba cerca del día de la propuesta) en Finca Vikingos, Heredia.

 

Sus personalidades y gustos, nos fueron guiando a un plan que llamamos: La Búsqueda del Tesoro. Una dinámica 100% personalizada, con pistas, actividades interactivas, juegos retadores, guías, premios, regalos, sorpresas y fotos.

El 30 de junio amaneció hermoso, Finca Vikingos nos estaba esperando para iniciar con los preparativos de la dinámica, los juegos y el picnic. Todo el equipo llegó a tiempo y la organización estuvo excelente. A la hora definida, llegaron Cristian y Natasha para iniciar con la diversión. 

 

El primer juego que realizamos buscaba que la pareja entrara en calor previo a la actividad principal de la búsqueda del tesoro. Y se logró con éxito, fueron 10 minutos de muchas risas y premios.

Este juego tenía un ganador, que se llevó una tarjeta de regalo de LPCR y el perdedor, debía hacer un desafío, el cual consistía en tomar fotos instantáneas a cosas o momentos específicos, si lograba cumplir con el desafío, al final de la dinámica, tendría un obsequio muy especial.

Posterior, dimos inicio a la dinámica y la pista número uno decía algo como "Pareja aventurera, su búsqueda ha comenzado...una vez que la hallen, tomen su botín, Y continúen su viaje, ¡hacia un nuevo fin!". Acá los novios, encontraron una canasta en medio del bosque con agua helada, barritas de proteína y chocolates para el camino. Esto fue un gran acierto, ya que el clima estaba cálido.

Al llegar a la granja, Cristian y Natasha debían descifrar un mensaje, el cual les indicaba que en medio de las flores estarían unas pistas. Eran 12 pistas guardadas en botellitas que a su vez guardamos en espacios divertidos en medio de las flores del mariposario.

La búsqueda de las pistas y el trabajo en equipo reflejado fueron un éxito. Al unir todas las pistas decía: "Este será un día inolvidable y el Señor mismo lo celebrará. Éxodo 12:14", lograron llegar a la pista número 3 que estaba guardada en una biblia en el versículo específico. Un momento, realmente especial.

La pista 3 decía: "En Jacaranda, en fila yo estoy, mi cabeza sigue al sol, mi tallo soy. Amarillo y radiante, en el campo me ves, mi nombre significa "flor que gira" en inglés". Por lo que caminaron hacia el Mirador Jacaranda, donde los esperaba un girasol y un rompecabezas para armar. 

Estábamos en la recta final de la dinámica y la penúltima pista decía: "Donde el tiempo ha dejado su huella, y las piedras susurran historias sin huella. Entre columnas rotas y muros derrumbados, descubrirás un lugar donde los recuerdos han quedado". Se movieron al área de las ruinas donde jugaron juntos un acertijo y ganaron la última pista que decía: "En lo más alto, el amor despierta y la aventura culmina".

Cristian y Natasha empezaron a caminar emocionados hacia la parte más alta: El Mirador Vikingos, donde estaba la fotógrafa oculta y en un columpio grande con vista al mirador, los esperaba un ramo de girasoles con una nota que decía: "Aquí termina esta aventura, pero inicia una nueva..."

En ese momento, Cristian se arrodilló, sacó su hermoso anillo y se lo entregó a Natasha en un momento muy íntimo, especial, emotivo, cargado de sensaciones muy bellas para la ahora nueva pareja comprometida.

Después de lágrimas, mucha emoción y fotitos lindas, descendimos al área verde de la Casona para sorprender una vez más a la novia con un delicioso picnic con unos parfaits de yogurt, frutas y granola, con bocadillos dulces y salados y bebidas refrescantes. Un espacio íntimo, rodeado de naturaleza, decorado con almohadones, alfombras y menaje delicado.

En una burbuja de felicidad, Cristian le hizo entrega a Natasha de su premio por el desafío de las fotos y era un hermoso libro de pasta dura en color esmeralda como el color del anillo, con detalles preciosos de un diario de Cristian de dos meses antes de la propuesta. La cereza en el pastel.

Dejamos a los novios para que recargarán energías, conversaran, tomaran unas fotitos más y disfrutaron del día. Muchas gracias a ambos y muchas felicidades.

Logramos que Natasha no se percatara de la sorpresa que le teníamos y fue muy emocionante todo el proceso. Gracias a Cristian por la confianza.

Gracias por leernos,

Candy

 

 

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